domingo, 28 de octubre de 2007

to be or not to be

(14ª parada)
"Dios le respondió a Moisés: YO SOY EL QUE SOY, y le dirás al pueblo de Israel: YO SOY me ha enviado a vosotros".
(Libro del Éxodo, cap. 3: 14)

Solemos expresarnos de esta forma:
soy Marta Vargas, soy rubio, soy andaluz, soy licenciada en filología germánica, soy tímida, soy buen cocinero, soy el marido de Ana, soy profesor universitario, soy santanderina, soy alta, soy un profesional, soy italiana, soy ingeniero de telecomunicaciones, soy la madre de Carlos, soy un desastre, soy cinéfilo, soy millonario, soy hijo de Lorenzo Martín, soy melómana, soy presidente de la comunidad de vecinos, soy del Betis, soy fumadora,...

Pero, en realidad, queremos decir (de alguna manera):
me llamo Marta Vargas, el color de mi pelo es rubio, nací en Andalucía (casualidad de la vida, aunque me gusta compartir la forma de ser y cultura de este lugar), obtuve una licenciatura en filología germánica, me cuesta comenzar o mantener relaciones fluidas con otras personas, tengo mucha habilidad para cocinar, estoy casado con Ana, mi trabajo consiste en dar clases en una universidad, he nacido en Santander, mi estatura supera la media, gano dinero con mi trabajo, tengo la nacionalidad italiana (por nacimiento o por decisión propia) con todo lo que esto supone, tengo la formación necesaria para desarrollar el trabajo de un ingeniero de telecomunicaciones, di a luz a Carlos y esto ha supuesto algo muy importante en mi vida, tengo facilidad para arruinar cosas o situaciones, me encanta ver cine, tengo una importante cantidad de dinero, mi padre se llama Lorenzo Martín, tengo pasión por la música, desempeño el cargo de presidente de la comunidad de vecinos, me alegro y me entristezco por causa del Betis, tengo el hábito de fumar,...

Entonces, parece que (por nuestra forma de expresarnos) quisiéramos esconder nuestro verdadero SER detrás de:
un nombre, un color de pelo, una comunidad autónoma, una titulación, una forma de reaccionar, una destreza, una pareja, un puesto de trabajo, una ciudad, una apariencia física, una capacidad, una nacionalidad, una formación, un hijo, un 'vicio', una afición, una fortuna, un padre, una pasión, un cargo, un equipo de fútbol, un hábito,...

Es cierto que las expresiones del primer párrafo son más cortas (y más cómodas). Por eso las adoptamos para definirnos de alguna manera, pero (a cambio) lo hacemos con más inexactitud: Es difícil que podamos llegar a definir lo que somos citando tan sólo una pequeña parte de todo lo que en realidad somos. Es una tarea muy difícil llegar a saber quiénes somos y, normalmente, parece que la dejamos inconclusa a lo largo de nuestra vida. Nos centramos en unas cuantas cositas y 'descuidamos' el resto. "Conócete a ti mismo" (el 'nosce te ipsum' latino o el 'gnothi seauton' griego) era una inscripción puesta por los siete sabios en el atrio del templo de Delfos y es clásica en el pensamiento griego. En todos los tiempos, muchos pensadores han reflexionado sobre esta frase con variados matices, siguiendo el ejemplo de Sócrates y Platón (en concreto, Platón lo orienta hacia la verdadera sabiduría en un magnífico sistema de pensamiento). Es tarea de toda una vida. Pero, a veces, nos gusta tan poco lo que descubrimos en nosotros o tenemos percepciones tan poco realistas de nuestro verdadero ser, que seguimos siendo unos auténticos desconocidos para nosotros mismos. Hay que profundizar un poco más.

En Le Petit Prince, uno de los personajes acaba llamando mi atención poderosamente sobre todos los demás. Su aparición en escena provoca un cierto punto de inflexión en el relato para acabar de dar sentido a su desenlace. Es el zorro (le renard). En principio, uno sospecharía del zorro: ¡nos han enseñado en las fábulas a desconfiar de los arteros zorros! Pero Saint-Exupéry dota al zorro de una sabiduría y sensibilidad muy especiales. Ahí van unas muestras:

(cap. XXI)
Él [el pequeño príncipe] volvió hacia el zorro:
-Adiós, le dijo...
-Adiós, dijo el zorro. Éste es mi secreto. Es muy simple: No se ve bien más que con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojos.


A partir de aquí, el zorro ya no vuelve a aparecer en el libro, pero su secreto sigue en el corazón de los protagonistas:

(cap. XXIV)
-Las estrellas son bellas, a causa de una flor que no se ve...
(...)
-El desierto es hermoso, añadió él.
(...)
-Lo que hace tan bello al desierto, dijo el pequeño príncipe, es que esconde un pozo en alguna parte...
(...)
Como el pequeño príncipe se adormecía, lo tomé en mis brazos y me puse en camino. Estaba enmudecido. Me parecía llevar un tesoro frágil. Me parecía incluso que no existía nada más frágil sobre la Tierra. Yo miraba, a la luz de la luna, esa frente pálida, esos ojos cerrados, esos mechones de cabello que temblaban al viento, y yo me decía: "Lo que veo aquí no es más que una corteza. Lo más importante es invisible..."


(cap. XXV)
-Los hombres de tu planeta, dijo el pequeño príncipe, cultivan cinco mil rosas en un mismo jardín... y ellos no encuentran en él lo que buscan...
-Ellos no lo encuentran, respondí yo...
-Y sin embargo lo que ellos buscan podría ser encontrado en una sola rosa o en un poco de agua...
-Por supuesto, respondí yo.
Y el pequeño príncipe añadió:
-Pero los ojos son ciegos. Hace falta buscar con el corazón.


Supongo que si buscamos con el corazón, tal vez lleguemos a encontrar esa rosa o ese poco de agua de nuestro interior que nos hace a ti y a mí tan bellos. Y lleguemos a conocer lo que realmente somos. ¿Tú ya lo sabes?

post scríptum:
Tenía una tira cómica en el subconsciente cuando pensé en este post. Pero estaba tan 'enterrada' que no me vino a la cabeza en el momento de publicarlo. Así que, como no puedo añadirla en los comentarios, la dejo aquí mismo (más vale tarde que nunca):
.



Opciones:

a) tratar de ver esta miniatura 'a pelo', con el problema de que los ojos quedan bastante perjudicados...

b) hacer click con el ratón sobre la imagen, y entonces se puede ver a un tamaño decente.

Elegid la que más os guste ;)

sábado, 20 de octubre de 2007

el espíritu de las leyes

(13ª parada)
"Os daré un corazón y tendréis un nuevo espíritu en vosotros. Quitaré esos duros corazones de vuestro cuerpo y os daré corazones sensibles, para que disfrutéis con mis preceptos y los tengáis siempre presentes. Vosotros seréis mi familia y yo seré vuestro Dios".
(Libro del profeta Ezequiel, cap. 11: 19-20)

"La libertad es el derecho de hacer todo lo que las leyes permiten, de modo que si un ciudadano pudiera hacer lo que las leyes prohíben, ya no habría libertad, pues los demás tendrían igualmente esta facultad".
(Montesquieu, ‘Del espíritu de las leyes’)

Tengo que reconocerlo. La faceta histriónica de Jim Carrey perfora la red de pesca con la que trato de sacar algo interesante de las aguas de sus largometrajes. No digo que a veces no sea divertido; pero es que en otras se me hace insoportable. Eso sí, cuando el muchacho se pone (o el director le obliga), le puede quedar una peli bastante potable, como es The Majestic. Al menos, bastante potable para mi humilde gusto. En The Majestic (y sin contar nada de la trama) escuché un diálogo súper-interesante que me da pie para meterme de lleno en el tema. Sucede que en cierto momento se está cuestionando la validez (o la importancia) de los principios contenidos en la Constitución estadounidense y su Declaración de Derechos. Uno de los personajes dice de ella: “Tan sólo se trata de un trozo de papel con unas firmas debajo... Un contrato renegociable...” (más o menos).
Bien, pues aquí me detengo yo para considerar lo que puede motivar a alguien a pensar de esta forma.

El concepto de “la Ley” suele estar teñido de connotaciones negativas para los seres humanos. Por causa de las leyes entendemos limitadas nuestras libertades. Siempre hemos destacado más la pérdida de libertad que la ganancia de protección, pero es normal: la libertad es un derecho inalienable de cada persona y nos repugna que algo pueda afectar este derecho. Las leyes pueden causarnos múltiples quebraderos de cabeza en forma de todo tipo de sanciones, multas o incluso prisión (¡adiós, libertad!), y es que también podemos infringir las leyes por desconocimiento, sin mala intención. Las leyes parecen ser ‘esas imposiciones’ que preferimos saltarnos cuando nadie mira, sobre todo si nos permite sacar ventaja sobre los demás.
¿A quién le gusta ir a menos de 120 km/h en una autopista segura o parar en un semáforo rojo sin nadie a la vista?
¡Que levante la mano quien le guste pagar impuestos!
¿A qué fumador le apetece apagar su cigarrillo al entrar en un lugar público?
Y así podría seguir con más situaciones que los humanos nos hemos encargado de llenar de leyes y leyes... Aborrecemos el vacío legal, porque en él siempre habrá alguien que tratará de abusar de una posición privilegiada sobre los no tan afortunados. O quien tratará de explotar la libertad de otros ejercitando su propia libertad. En principio, por eso existen las leyes y ése es su verdadero sentido. Pero le hemos dado la vuelta a la tortilla, convirtiendo nuestro mundo en un laberinto legal de tal dimensión que es imposible moverse por él sin la ayuda de “profesionales de lo legal” que, en ciertos casos, más que velar por la integridad del espíritu de las leyes (es decir, por lo que es de Justicia) lo hacen por los aspectos más formales de esas leyes (incluso contrarios a su verdadero espíritu). Esos casos provocan cierta desconfianza en todo este sistema. La lentitud desesperante con la que se mueve es, además, otro motivo de desconfianza.

Supongo que al principio todo fue más sencillo: El espíritu de las leyes estaba más a la vista, todavía no había quedado cubierto por capas y capas de barniz burocrático. Tenía sentido pensar en el significado de las leyes y éste era accesible a todo el mundo. Imagino aquel “We, The People...” y me da mucho gusto pensar en toda una nación gritando a voz en cuello: Se acabó para nosotros el mundo donde unos pocos quieren acaparar el poder que nos corresponde a todos. Ahora NOSOTROS, EL PUEBLO, nos declaramos soberanos. Ni un rey, ni la nobleza, ni el clero van a usurpar más ese derecho que tenemos por nuestra condición de seres humanos libres, iguales y fraternos.
Y ahí está el verdadero espíritu de cualquier ley (No pienses sólo en ti mismo. Piensa también en los demás). El amor a uno mismo y al otro por igual debe ser el motor de cualquier legislación. El reparto equitativo de los beneficios y las cargas. Eso sí, cuando uno contempla el nivel de egoísmo en que vivimos y del que no estamos dispuestos a apearnos, se pregunta si es posible que podamos llegar a entender las leyes en su verdadero espíritu.
Cuando un escriba, un doctor de la Torah, quiso ‘pillar’ a Jesucristo con la pregunta “¿Qué es lo más importante de la Torah?” se llevó un pequeño corte al recibir la respuesta: “Amarás a Dios y amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos preceptos depende toda la enseñanza de la Torah y de los profetas”. Él podía hablar de esto. Toda su vida fue una demostración práctica de una ley encarnada en una persona feliz de vivirla. En otras palabras, le estaba diciendo al estudioso de las leyes: ¡Hale, no le busques cinco pies al gato! ¿Qué quieres? ¿Excusas para seguir en las mismas? Dale sentido a lo que haces basándolo en el amor y el respeto por todo lo que te rodea.

Un ejemplo más que simplón: Cuando voy en coche por mi ciudad, me doy cuenta de que una de las causas principales de embotellamiento del tráfico es el estacionamiento en doble fila. Es exasperante encontrar vehículos en doble fila a la puerta de los bares (¡claro, como hay tan pocos bares, mejor ir hasta ellos en coche! ...no puedo ser más irónico). El tipo abandona su coche y piensa que mientras esté cerca, si a alguien le molesta que llame. Pero acaba de convertir dos carriles libres en uno y el semáforo parece que ahora está en verde sólo la mitad de tiempo que en condiciones normales (¡Ah, Einstein y su relatividad...!). Si este personaje se pasa 5 minutos en el bar (lo dudo) ha hecho perder un minuto a cada uno de los 40 conductores que pueden haber pasado en ese tiempo. En total, 40 minutos. El mensaje: Mis 5 minutos de bar son más importantes para mí que vuestros 40 minutos con vuestras familias, en vuestros trabajos ...o en vuestros bares. Esto es sólo un ejemplo típico de cómo el incumplimiento de una ley no es otra cosa más que una falta de respeto hacia los demás.
Los revolucionarios franceses supieron adoptar el correcto espíritu de las leyes (estaban en la onda del "We, The People") y acuñaron el famoso lema: LIBERTÉ, ÉGALITÉ, FRATERNITÉ. Ellos, que no se mostraron como especialmente religiosos, demostraron que el respeto por el otro no es patrimonio exclusivo de la cristiandad (en ocasiones pareciera incluso lo contrario, lo digo con cierta vergüenza). Sin embargo, el lema revolucionario es un hermoso ideal que ha sido traicionado tantas veces... El extraordinario José Luis Sampedro contaba en una entrevista que le hicieron hace años (creo recordar que aún estaba en pie el muro de Berlín, aunque poco le quedaba para el derribo) cómo nuestra sociedad aplicó los principios de la Revolución francesa contra el Ancien Régime. Decía (aproximadamente) que el bloque occidental se ha preocupado de la LIBERTAD, de que todos sus ciudadanos se sientan libres para desarrollar sus vidas. Mientras, el bloque del Este (al otro lado del telón de acero, cuando existía) mostró fijación por la IGUALDAD, que todos sus ciudadanos se sintieran iguales en oportunidades, derechos y deberes. Sampedro terminaba diciendo que, lamentablemente, tanto unos como otros se olvidaron de la FRATERNIDAD, ese ingrediente tan importante para dar sentido al conjunto. Y quedó incompleto el espíritu que habría podido llevar a mejor término un cambio tan drástico en nuestra historia.

lunes, 15 de octubre de 2007

verdad incómoda y molinos de viento

(12ª parada)
"(...) Dios trajo al hombre a este paraíso para que lo cultivara y lo cuidase".

(Libro del Génesis, cap. 2: 15)

Hoy, 15 de octubre, es día de acción del blog, dedicado este año al medio ambiente. Dentro de muy pocos años, no quedará nada de ambiente (¡ni medio ni cuarto!) al que dedicar nuestra acción, si los acontecimientos siguen el curso actual. Es hora de ponerse las pilas de verdad...
Como es momento de actuar más que de hablar, dejo aquí tan sólo un par de reflexiones:

UNA.- Al Gore no llegó a la presidencia de los Estados Unidos, pero se le acaba de conceder el Premio Nobel de la Paz (2007), junto a la IPCC de la ONU, "por sus esfuerzos para construir y diseminar un mayor conocimiento sobre el cambio climático causado por el hombre y poner las bases para la toma de las medidas que sean necesarias para contrarrestar ese cambio". ¡Olé! Algo me dice que lo uno y lo otro hubiera sido incompatible. Quiero decir que o presidente o premio nobel, pero no los dos a la vez.
Quizás, la verdad más incómoda (haciendo referencia a su documental 'An Inconvenient Truth') sea que los votantes estamos abonados al masoquismo más estúpido, porque no dejamos de poner en las manos de unos gobernantes incapaces y desastrosos el poder que legítimamente nos corresponde. O bien, que las propuestas de éstos que más nos satisfacen son las que no tienen en cuenta para nada nuestras verdaderas necesidades.
¡Quién sabe! Pero creo que el presidente Al Gore no hubiera sido tan activista por la causa medioambiental. Demasiados intereses en contra...
Imaginaos al candidato que promete: "Subiré los impuestos para promover políticas de respeto al medio ambiente. Reduciré la industrialización contaminante aunque la economía se resienta...". (Éste no gana unas elecciones, seguro). Luego nos quejamos de que todo esté como está...

DOS.- ¿Quién ha convertido en sinónimos energías renovables y calidad ambiental? Lo digo por el poco respeto para el medio ambiente con el que se van implantando algunos parques eólicos en nuestro país. Ante todo, decir que estoy a favor de que aprovechemos la energía del viento como recurso útil que es en nuestra coyuntura: no contaminante e inagotable. Pero hay que ser cuidadosos, para evitar hacer mal con algo bueno. Entre las desventajas de los 'bosques de molinos' que pueblan nuestro país puedo contar:
- Fuerte impacto visual: Por sus características, precisa unos emplazamientos que normalmente resultan ser los que más evidencian la presencia de las máquinas (cerros, colinas, litoral). Su instalación genera una alta modificación del paisaje, lo que supone grave pérdida de calidad ambiental.
- Impacto sobre la avifauna: Principalmente por el choque de las aves contra las palas y efectos desconocidos sobre modificación de los comportamientos habituales de migración y anidación.
- Impacto sonoro: El roce de las palas con el aire produce un ruido constante, de modo que la casa mas cercana deberá estar al menos a 200 m. (43dB(A)).
- Posibilidad de alteraciones geológicas en zonas arqueológicamente interesantes.
Como todo en la vida, lo que no se hace con la cabeza es un desastre. Seguro que más de uno ha visto cómo el entrañable paisaje de su infancia ha sido alterado por esos gigantes con aspas. Ahora ya sólo existe en la memoria.
Sin embargo, parece que es el precio que tendremos que pagar por haber llegado demasiado tarde con una solución.

post scríptum:
Además de ser el 'día de acción del blog', hoy hace exactamente 3 meses que raindrop comenzó su viaje en close2u

jueves, 11 de octubre de 2007

chanson de tessa

(11ª parada)

“Los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni recibirán más recompensas; porque su memoria queda en el olvido.
Así como su amor y su odio y su envidia ya se han extinguido (...)”.
(Libro del Eclesiastés, cap. 9: 5-6)

Puedo asegurar que morí. Morí o me mataron, no recuerdo muy bien, aunque el resultado es el mismo. Y en el frío de aquella muerte busqué el calor de las palabras. Más vale una sola de ellas que mil imágenes. Sólo sirven las palabras. Palabras de formas, colores, olores, sabores, tamaños, temperaturas y tactos tan variados... Festival de palabras que llegarán a marchitar en este nicho de letras. Palabras de otro tiempo, que pertenecieron a lenguajes que se movían ágiles en mi mente; pero que el polvo acumulado ha cubierto de olvido. Palabras que fueron una voz. Palabras que construyeron poemas...

Chanson de Tessa

- Si tu meurs, les oiseaux se tairont pour toujours,
Si tu es froide, aucun soleil ne brûlera...
Au matin, la joie de l’aurore
Ne lavera plus mes yeux...
Tout autour de ta tombe, les rosiers épanouis
Laisseront pendre et flétrir leurs fleurs.
La beauté mourra avec toi,
Mon seul amour...


- Si je meurs, les oiseaux ne se tairont qu’un soir;
Si je meurs, pour une autre un jour tu m’oublieras.
À nouveau la joie de vivre
Alors lavera ton regard.
Au matin tu verras la montagne illuminée
Sur ma tombe t’offrir mille fleurs.
La beauté revivra sans moi,
Mon seul amour.


(De la obra teatral Tessa, de Jean Giraudoux, 1882-1944)

Una traducción aproximada:

- Si tú mueres, los pájaros callarán para siempre,
Si estás fría, ningún sol quemará...
En la mañana, la alegría de la aurora
Ya no lavará más mis ojos...
Alrededor de tu tumba, los rosales abiertos
Dejarán colgar y marchitar sus flores.
La belleza morirá contigo,
Mi único amor...

- Si yo muero, los pájaros no callarán más que un atardecer;
Si yo muero, por otra un día tú me olvidarás.
De nuevo, la alegría de vivir
Lavará entonces tu mirada.
En la mañana verás la montaña iluminada
Sobre mi tumba ofreciéndote mil flores.
La belleza revivirá sin mí,
Mi único amor.

Y raindrop vive ahora dentro de las palabras y persigue sueños disfrazados de liebre...


sábado, 6 de octubre de 2007

proezas de otra dimensión

(10ª parada)
"(...) para que, arraigados y cimentados en el amor, seáis plenamente capaces de comprender con los demás creyentes cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura (...)".
(Epístola de San Pablo a los Efesios, cap. 3: 17-18)

¿Qué sería de este viaje sin paradas? Después de varios días sin tregua no hay nada como un poco de calma, un respiro, un reencuentro (aunque sea breve) con los compañeros de camino.

Una preguntilla: ¿Habéis vivido alguna vez una situación surrealista? Solemos asociar “situación surrealista” con una ocasión en que las cosas no parecen responder a la lógica o razones que consideramos normales. En sí, el surrealismo es un movimiento artístico originado en el primer cuarto del siglo pasado: Digamos que el poeta André Breton, 'filósofo' del movimiento, profundizó en 1916 (año en que, además, conoció a Jacques Vache y a Guillaume Apollinaire) en las teorías de Sigmund Freud y Alfred Jarry, para, más tarde, en 1924, escribir el primer manifiesto surrealista. El término surrealismo (o superrealismo) procede del francés sur-réalisme, es decir, lo que está por encima del realismo. No pretendo extenderme ahora en los detalles de este movimiento, en sus figuras destacadas, en sus metas, sus obras, etc. Tan sólo traer hasta aquí la reproducción de un lienzo del genial pintor surrealista Salvador Dalí. Su nombre es “Crucifixión” y se pintó en 1954. Fue para mí toda una experiencia surrealista. Recuerdo que cuando estudié Álgebra y Geometría en los primeros cursos de la carrera de Arquitectura (curiosamente, la cita bíblica del comienzo aparecía, a manera de exordio, en el capítulo 3.2.- ‘Envolventes lineales. Bases. Dimensión’ del texto de Alsina y Trillas que figuraba en la bibliografía recomendada), este cuadro me había causado una honda impresión. Aquellas reflexiones matemáticas me llevaron a fijarme en la forma de la cruz que domina el cuadro, más protagonista que el propio crucificado. Verdadera cruz surrealista. Trataré de explicarme...

¿Quién no recuerda haber montado figuras poliédricas con cartulina en sus años escolares? Se pintaba el desarrollo de la figura en la cartulina ¡Ojo: sin olvidarse de las 'pestañas' para poder pegar las caras entre sí! Luego había que recortar. Después, doblar. Al final, pegar. Y el sólido estaba montado. Si quisiéramos hacer un hexaedro (o cubo), es fácil: ¡Todos los ángulos son rectos! Se puede hacer con una plantilla como la de la siguiente ilustración:


Se dibujan seis cuadrados pegados unos a otros. No tiene misterio.
Pero... y si le pido a un imaginario ser plano (de 2 dimensiones) que me monte el hexaedro con esta plantilla, ¿qué sucede? Pues que el pobre, limitado como está por su propio universo plano, nos dirá que no puede.

Bueno, ahora nos toca a los seres tridimensionales. La cruz del cuadro de Dalí es el desarrollo en 3 dimensiones de un hipercubo (un cubo o hexaedro de 4 dimensiones). ¿Y si nos decidimos a montarlo? En fin, nos va a pasar como a nuestro 'planito' camarada: ¡Parece imposible! No tenemos espacio para hacerlo.

¿Imposible? ¿Qué forma tiene nuestro universo? Esto se complica. ¿Es un universo esférico? ¿Es de geometría elíptica? ¿Es el de Albert Einstein, quien lo formuló como un hiperboloide de una hoja? Los fenómenos de curvaturas de la luz hacen suponer que los caminos más cortos en el espacio no son las líneas rectas a las que estamos acostumbrados en la Tierra. La gravedad es sumamente importante es este gran sistema. Las últimas (o penúltimas o antepenúltimas) teorías físicas, como la Teoría-M de unificación de todas las fuerzas que actúan en el universo, con sus cuerdas, supercuerdas, p-branas, d-branas,... de hasta 26 dimensiones espacio-temporales (en el caso de las cuerdas bosónicas), nos ponen ya en una situación tal de mareo que no se arregla ni con biodramina. Y es que pensar en 3 dimensiones es lo normal. Si añadimos el tiempo al espacio, podemos hablar de un espacio-tiempo de 4 dimensiones (al que estamos totalmente habituados). 5 dimensiones ya nos parecen impensables. ¡¡Pero 26...!! El asunto es que si hay zonas del espacio-tiempo con 5 dimensiones, en ellas podríamos montar nuestro hipercubo.

Al margen del farragoso y mareante planteamiento físico-matemático (que queda ahí, sin más), prefiero comentar brevemente esa experiencia surrealista a la que aludía anteriormente. Y que, a partir de ella, cada uno desarrolle el asunto en su cabeza como quiera.

Tengo la extraña sensación de que en nuestro mundo los hechos verdaderamente heroicos, las gestas realmente trascendentes, las hazañas de los personajes que han dado sentido a la existencia, parecen no acomodarse razonablemente. Es como si no encontraran un lugar. Como si fueran desarrollos de figuras geométricas que no podemos montar en nuestro espacio-tiempo. O como si pertenecieran al mundo de lo surrealista, como si habitaran en otra dimensión, por encima de esta realidad. Ya he mencionado en otras ocasiones pequeños detalles de quienes considero auténticos modelos: Teresa de Calcuta, Albert Schweitzer, Helen Keller y Anne Sullivan. Y hay tantos otros... Unos murieron arruinados y desgastados, otros fueron ignorados o (peor) perseguidos e incluso otros acabaron asesinados (¡qué decir de Mohandas Gandhi, Martin Luther King, Jesucristo,...!). Todos tuvieron un sueño y vivieron con él y por él. También supieron morir por ese sueño. A los ojos del resto del mundo pueden parecer unos perdedores. Pero sólo porque no vivieron para sí mismos. Porque entre sus metas nunca estuvo la satisfacción de sus propios intereses por encima de los ajenos. Porque no trataron de acumular riqueza y fama y gloria, sino generosidad y justicia y humildad. Porque sus actos de amor fueron totalmente desinteresados, aunque el riesgo de pérdida fuera muy alto. Porque dieron su vida por sus amigos (algunos incluso la perdieron y llegaron a dar también su muerte), que es la más grande demostración de amor.

Quizás el paso de los años vuelve a avivar la llama de los héroes de otro tiempo e incluso llegamos a considerarlos con admiración. Algunos, con peor fortuna, pueden seguir indefinidamente bajo sospecha. Otros son finalmente comprendidos y, con nuestro reconocimiento, recibidos en el panteón de 'hitos de la humanidad'. Pero la indulgencia de ahora no fue la que recibieron en vida. Ellos decidieron montar hipercubos, aunque no tuvieran espacio para semejante tipo de proezas.