miércoles, 26 de octubre de 2011

enemigos

(área de descanso nº 153)
"Elige bien a tus enemigos porque, tarde o temprano, acabarás pareciéndote a ellos".
(Jorge Luis Borges)

Uno de los piques más célebres del llamado Siglo de Oro de la literatura española fue el que enfrentó al madrileño Francisco de Quevedo con el cordobés Luis de Góngora: el peso pesado del conceptismo contra el peso pesado del culteranismo. Dicho de otro modo: paradojas y elipsis versus hipérbatos y ornamento en abundancia. Si tuviera que elegir bando, me quedaría con el de don Francisco. No despreciando algunas brillantes obras de Góngora, he de reconocer que el estilo ágil y agudo de Quevedo me resulta más agradable. Empero, esta batallita no se peleó solo con palabras.
Góngora tuvo dos ilustres enemigos literarios declarados: Lope de Vega y el ya nombrado Quevedo. Pero qué diferencia entre ambos. Por un lado, aunque Lope creía que la poesía debía ser de fácil comprensión para el lector y eso le llevaba a tomarle el pelo al retorcido poeta cordobés, también es cierto que admiraba a Góngora. "Canta, cisne andaluz, que el verde coro del Tajo escucha tu divino acento", llegó a escribir en referencia a su enemigo, a pesar de haber recibido de él piropos como este: "con tus versos cansas aun a Job". Por otro lado, la actitud de Quevedo era bien distinta. La lucha enconada no se limitó a darle palos con las letras (incluso denunciando sus orígenes de cristiano nuevo, le había dedicado esta perla: "Yo te untaré mis versos con tocino / porque no me los muerdas, Gongorilla"), sino que lo llevó a un terreno todavía más personal. Por ejemplo, con premeditada mala voluntad, Quevedo llegó a comprar la casa de Góngora en Madrid (a la muerte de Felipe III, el poeta cordobés se encontraba en graves dificultades por la caída de sus rentas y las enormes deudas de juego que había contraído) y don Luis, enfermo, se ve obligado a abandonarla. Y no se queda ahí la faena, sino que la compra de la casa fue comentada por el propio Quevedo con estos versos insultantes: "...Y págalo Quevedo / porque compró la casa en que vivías, / molde de hacer arpías; / y me ha certificado el pobre cojo / que de tu habitación quedó de modo / la casa y barrio todo, / hediendo a Polifemos estatíos, / coturnos tenebrosos y sombríos, / y con tufo tan vil de Soledades, / que para perfumarla / y desengongorarla / de vapores tan crasos, / quemó como pastillas Garcilasos: / pues era con tu vaho el aposento / sombra del sol y tósigo del viento". Pero no conforme con todo esto, todavía tuvo tiempo Quevedo de escribirle un epitafio, aunque Góngora aún no había muerto:
Este, que en negra tumba, rodeado / de luces yace muerto y condenado / vendió el alma y el cuerpo por dinero / y aún muerto es garitero... / La sotana traía / por sota, más que no por clerecía; / hombre en quien la limpieza fue tan poca / (no tocando a su cepa) / que nunca que yo sepa, / se le cayó la mierda de la boca. / Este a la jerigonza quitó el nombre, / pues después que escribió cíclopemente, / la llama jerigóngora la gente... / Fuese con Satanás culto y pelado: / ¡mirad si Satanás es desdichado!

Después de tales ensañamientos, uno se pregunta si merece la pena tener enemigos con los que comportarse como un auténtico canalla, capaz de las mezquindades más abyectas. Para sacar lo peor que hay en uno mismo y multiplicado, mejor dedicarse a otra cosa ...y que los enemigos se busquen la vida por su cuenta.
Cierto es que muchas veces no hay oportunidad de elegir a los enemigos (como sugiere Borges), sino que te vienen dados como por sorteo. Lo que sí se puede hacer es tunearlos. Y, después de un buen lavado de cara, la tarea de enfrentarlos resulta mucho menos dramática y de una facilidad asequible para el ánimo de los días corrientes.

Ejemplo de esto último puede ser la experiencia de Georges Remi, es decir, Hergé (que es como se leen las iniciales de su nombre en orden inverso: R. G.). Desde que leí algunas entrevistas al creador de Tintín y empecé a conocer más de su vida personal, me ha parecido que fue Hergé un espíritu atormentado por una larga historia de concurrencias... Los años adolescentes de boy-scout, la influencia del padre Norbert Wallez, la amistad de Tchang Tchong, la ocupación nazi de Bélgica, las sospechas de colaboracionismo, la lucha contra el espíritu de suficiencia burguesa y "belganista"... Tintín es el héroe que Hergé quizás deseó encarnar. Se inspira para dibujarlo en su hermano (menor que él y con quien apenas tuvo contacto) y lo pone en el mundo como un quijote enfrentado a molinos de viento. Sus enemigos son los enemigos de Hergé. Pero esta constante lucha en el barro, contra los mismos villanos en su horrible plenitud a lo largo de numerosas viñetas en un buen número de álbumes, se cobra su precio y termina por explotar en un momento determinado. Hergé atraviesa una verdadera crisis personal, llena de sueños blancos, como si fuera una nostalgia de la pureza. Comienza a dibujar Tintín en el Tíbet (blanquísimo de tanta nieve, a la vez que un canto a la amistad de su amigo Tchang) con muchos problemas. El mismo Hergé relata que tuvo que acudir al médico suizo Ricklin, discípulo de C. G. Jung, quien le aseguró que no le sería posible terminar su trabajo. "Usted debe exorcizar sus demonios, sus demonios blancos", le había dicho Ricklin. Y la forma que encontró Hergé para lograrlo fue comportarse como el boy-scout que había sido y llegar hasta el final de la crisis con mucho esfuerzo. Después de esto, se entrega a un álbum de tranquilidad, Las joyas de la Castafiore, para luego lanzarse a la liquidación definitiva de sus enemigos. En Vuelo 714 para Sidney, queda reflejada esta "toma de conciencia". En el curso del relato, los temibles villanos Rastapopoulos y Allan Thompson, quienes personificaron todos los males del universo de Hergé, quedan retratados como poco más que unos pobres diablos. De tan grotescos, dejaron de impresionar al autor. Los "malos" habían sido desmitificados. En definitiva, resultan ridículos, lastimosos, apabullados sin piedad. Y una vez desenmascarados, los "terribles" parecen algo más simpáticos: son unos piratas, pero unos pobres piratas.
Un necesario ajuste de cuentas para gozar de paz interior. La forma de sacudirse el barro de los zapatos después de un transitar tan penoso.

Enemigos. Ahí estarán: porque ellos decidieron serlo, porque no soy capaz de asumir cuán parecidos somos en realidad y los considero una amenaza... Por cualquiera de estos o de otros motivos, pero ahí están.
Ahora queda atreverme a fumar con ellos la pipa de la paz, como en ESTE VÍDEO de Paul McCartney.
O dejar claro que tendré como enemigo a quien decida tenerme como enemigo a mí (tal y como lo cantan The Waterboys).


Mira, mira: en plan "me estás buscando ...y me vas a encontrar" xD

13 comentarios:

  1. no se cuando o como uno se hace de enemigos. A veces yo me los fabrico. y a veces no haypoder humano que uno se sacuda pensares tan pcoo gratos o sentires.. no se a mi me ha hecho mucho daño tomarme demasiado en serio cosas y luego termino bastante madreada (perdona) en caso es que la vida es demasiado larga al menos para pasarrsela tan mal y mucho mas cabreado o pensando en enemigos aun sean asi de el ultimo grito o fantasmagoricos... porque a veces ni estan ahi


    sera que lo que mas odiamos es donde chocamos y nos damos contra la puerta

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  2. A mí me da por pensar que cuando odias a alguien es porque sientes celos de él. Y entonces, cuando eres tú la odiada, te creces.

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  3. Realmente es un post muy elaborado. He aprendido mucho y he sido espectadora de tu inquietud cultural.
    Respecto a los enemigos, yo tengo una teoria: la energia interna de cada uno se descarga durante el dia y cuesta mucho volverla a cargar (el cargador es autoestima proporcionada por amor y achuchones de todo tipo). Si la descargamos en personas que no nos aportan nada, no podemos volver a "recargar" nuestra alma. No vale la pena. Mil besos.

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  4. Jolin pasa de lo mejor de la literatura a un comic!, de Góngora a Tintin!, que arte tienes! jajaja.

    No sabia yo la enemistad que habia entre estos dos, ni la mala leche que se gastaba Quevedo, mira a partir de ahora creo que me hago gongorista! amosss :P

    Enemigos tenemos todos??.. no sé, yo no creo que haya ninguna persona que me odie tanto como para hacerme la vida imposible, o si, vete tu a saber.

    Una cosa son enemigos ( que es una palabra muy fuerte ) y otra personas que no te caen, o alas que no caemos, bien... uqe de esas hay muchas en el mundo, lamentablemente.

    Besetes.

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  5. Si es que tambien hay que saber elegir adecuadamente a los enemigos, ya dice Fito Paéz en "Al otro lado del camino" (una de mis canciones favoritas) que "no es bueno hacerse de enemigos que no estén a la altura del conflicto". Hay que tenér buenos amigos, pero no se puede descuidar tampoco a los enemigos...

    Muy buen post!

    Un saludo

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  6. Yo creo que muchas veces es envidia, en cualquier caso dicen que si no tienes enemigos es que no eres nadie, hay que pasar ellos es su problema no el tuyo ¿no crees?

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  7. Se dice que nuestro enemigo es nuestro mejor maestro. Al estar con un maestro, podemos aprender la importancia de la paciencia, el control y la tolerancia, pero no tenemos oportunidad real de practicarla. La verdadera práctica surge al encontrarnos con un enemigo.

    Dalai Lama

    Besos

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  8. Como no fue genial, no tuvo enemigos.
    Oscar Wilde

    Los enemigos cordiales son los que nos espolean a superarnos y nos activan el ingenio. Para los otros, los tóxicos hacer lo mismo que con lady gaga dejar de mirarlos y se convertiran en estatuas de sal sin nuestra atención.

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  9. Creo que tengo muchos enemigos si me voy al termino contrario a lo que pienso o cosas así.
    Pero de verdad de los que quieren hacerme daño, creo que no, o eso creo.
    Conocía la rivalidad entre Quevedo y Gongora pero no sabía nada sobre Tintin y su creador.

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  10. Qué peligroso anda raindrop en estos días fatales del otoño boreal...

    En el post anterior nos deleitaba con la trifulca que armó en una fiesta a la que no había sido invitado.

    En éste, lanza inquietantes advertencias a sus posibles "enemigos". Mmmmm parece que se ha calzado las armas el joven. Hay que andarse con cuidado en caso de cruzárselo... Yo, por suerte, lo tengo lejos, jaja.

    Saludos cordiales ^^

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  11. ¿Enemigos tu? IMPOSIBLE.
    A mi me da mucha pena tenerte lejos.
    Un post muy didáctico. Gracias amigo.

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  12. Jo
    Creo que resulta imposible no hacerse enemigos en esta vida. A veces por propia decisión y a veces por decisión ajena, pero es que hay cosas que son irreconciliables.
    besos

    aina
    Sí, es una motivación. A veces odias a alguien, simplemente porque es odioso. Sin envidias.
    besos

    kira
    Cierto: permitir un derroche de energías en gente que no lo merece es tarea inútil. Incluso absurda.
    Y más, habiendo tanta gente con la que sí se pueden recargar las baterías, incluso de día.
    besos

    Sandra
    Bueno, hay personas a las que no les caes bien, pero que mantienen cierta neutralidad. Los enemigos, por el contrario, son beligerantes. Y de estos me conozco unos cuantos. Por desgracia, pero es así.
    besos

    estonoes...
    jajaja me has recordado esa otra frase: "Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia". Bueno, pues con los enemigos, lo mismo.
    besos

    Sonja
    Sí, lo mejor es pasar de ellos. Excepto que te hagan la vida imposible. Entonces también hay que actuar, porsiaca.
    besos

    Sory
    Muy buena frase. La forma en que uno se comporta con un enemigo dice mucho acerca de esa persona. Mucho más que otras cosas.
    besos

    Maeglin
    Interesante diferenciación entre los enemigos cordiales y los tóxicos. Pero cuidado con los tóxicos, que esos te buscan de verdad (yo es que nunca me creí eso de "dos no pelean si uno no quiere", porque si el otro le pone mucho empeño...)
    abrazos

    Montse
    Es mejor no tener muchos enemigos, pero es raro no hacerse con alguno en el transcurso de la vida. Y cuanto menos te dejes comprar, más fácil será que tengas alguno. Es que hay gente que no admite un "NO" por respuesta...
    besos

    Daniela
    jajaja descuida, que hay que provocarme mucho para tenerme como enemigo. Eso sí, hay cosas con las que no trago. Si alguien me quiere llevar más allá de eso, sí que tiene un problema conmigo.
    ¡Jo, cómo soy! jajaja
    besos

    Vicky
    Sí, sí, enemigos yo. Y a mucha honra jajaja
    Hay personas que representan todo lo opuesto a lo que me parece justo y correcto. Y como traten de imponérmelo, ya la hemos liado xD
    Yo también lamento que estés lejos...
    besos

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  13. No me gusta el odio ni tener enemigos. No recuerdo haber odiado a nadie, y solo dos personas en mi vida han conseguido sacarme de mis casillas, lo cual es una estadística que me reconforta bastante.
    Pero está claro que no se puede gustar ni empatizar con todo el mundo.

    Me hace mucha gracia tus referencias a Tintin. La de cosas que aprendí leyendo sus fantásticas aventuras. Estoy convencida que Hergé dibujó a su álter ego, como el Roco Vargas de Daniel Torres.
    Besos

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