"Ese es tu problema, Bruce. Es el que tiene todo el mundo. Miráis al cielo y no hacéis nada".
(Morgan Freeman, es decir: Dios, en el film "Bruce Almighty", es decir: "Como Dios")
Con un post no tengo ni para empezar el prólogo de un tratado que abordara la cuestión, así que descarto esa idea y no me perderé en infinidad de pormenores.
"Cuanto más conozco a los humanos, más quiero a mi perro" dijo Lord Byron. Bueno, parece que fue Lord Byron, aunque la frase de marras ha aparecido sobre los nombres de Mark Twain, Diógenes de Sínope... e incluso de Adolf Hitler, refiriéndose a Blondie, su perra de raza pastor alemán. En una viñeta de Quino, Mafalda leía la frase en un periódico (la cita se atribuía a Diógenes) y se escandalizaba por la escasa calidad del periodismo: ¡la opinión del perro de Diógenes no aparecía por ninguna parte! Qué razón tenía la niña. Si nuestros peludos amiguitos pudieran opinar sobre nuestras incoherencias, contradicciones y extravagancias, seguro que lo que tuvieran que decir nos dejaría en muy mal lugar.
No sé si es que por efecto acumulativo ya me canta (y me cansa) la situación, pero asisto estupefacto al espectáculo del tropel de plañideras que puebla las redes sociales. Todo el santo día en una pura queja. Vale, que sí, que hay motivos (¡y muchos!), pero ya basta, ¿no? Si se puede hacer algo, hágase, porque a base de quejas no se arreglan las cosas. Perdemos la fuerza por la boca (o por las teclas).
Se podría hacer todo un catálogo de vestigios de esta coyuntura, pero hoy me quedo en dos.
El efecto Von Restorff:
En general, el efecto Von Restorff (nombre puesto en honor a Hedwig von Restorff), o también llamado efecto de aislamiento, supone que algo que destaca sobre un conjunto tiene más probabilidades de ser recordado que el resto de los elementos. Por eso se subrayan los libros o se crean hitos o alteraciones en listas, series, etc. Pero existe un caso particular en que se habla de efecto Von Restorff y es cuando un individuo manifiesta una tendencia a situarse en un modo de queja continua, para que sea mejor y más recordado que el resto. Hay gente así, de esos que siempre dan la nota porque están por sistema en contra de todo, personajes que pocas cosas constructivas tienen que aportar y prefieren quedarse en lo destructivo. Yo he conocido varios, seguro que tú también conoces ejemplares de esta pasta.
El drama para ellos es que ahora parece que quejarse va a ser la forma de pasar desapercibido y poner buena cara al mal tiempo la forma de destacar.
El síndrome Statler-Waldorf:
Si has visto alguna vez The Muppet Show, Statler y Waldorf son ese par de vejetes que siempre aparecen en uno de los palcos del teatro quejándose de las actuaciones. Tengo que reconocer que eran unos de mis personajes preferidos cuando veía esta serie. Su ocupación por excelencia consiste en abuchear, criticar y despotricar de cada uno de los números artísticos del show. Pero lo incongruente es que por más que carguen contra el espectáculo, allí siguen siempre presentes, episodio tras episodio, función tras función, temporada tras temporada, sin perder ripio. Se podría decir que son el arquetipo del troll, del tocapelotas de las redes que practica el no te soporto pero seré tu sombra por siempre jamás: criticar e insultar solo por el gusto de criticar e insultar. Estas especies también parecen alimentarse de energías negativas del averno que les dan fuerzas para mantener una posición anti-, que se desarrolla arrasando pero no edificando.
A manera de ejemplo, podría mencionar que se ha insistido en pedir encarecidamente que en facebook aparezca de una vez el botón no me gusta. Entiendo que su implantación haría que los no me gusta superaran con creces a los me gusta. Y me atrevería a apostar, porque ya nos vamos conociendo. Pero está claro: si no te gusta y no hay nada que puedas hacer, pasa de largo. Así de fácil.
Ay, si algún día nuestros perros nos miraran a los ojos y nos contaran lo extravagantes que podemos llegar a ser...
El drama para ellos es que ahora parece que quejarse va a ser la forma de pasar desapercibido y poner buena cara al mal tiempo la forma de destacar.
El síndrome Statler-Waldorf:
Si has visto alguna vez The Muppet Show, Statler y Waldorf son ese par de vejetes que siempre aparecen en uno de los palcos del teatro quejándose de las actuaciones. Tengo que reconocer que eran unos de mis personajes preferidos cuando veía esta serie. Su ocupación por excelencia consiste en abuchear, criticar y despotricar de cada uno de los números artísticos del show. Pero lo incongruente es que por más que carguen contra el espectáculo, allí siguen siempre presentes, episodio tras episodio, función tras función, temporada tras temporada, sin perder ripio. Se podría decir que son el arquetipo del troll, del tocapelotas de las redes que practica el no te soporto pero seré tu sombra por siempre jamás: criticar e insultar solo por el gusto de criticar e insultar. Estas especies también parecen alimentarse de energías negativas del averno que les dan fuerzas para mantener una posición anti-, que se desarrolla arrasando pero no edificando.
A manera de ejemplo, podría mencionar que se ha insistido en pedir encarecidamente que en facebook aparezca de una vez el botón no me gusta. Entiendo que su implantación haría que los no me gusta superaran con creces a los me gusta. Y me atrevería a apostar, porque ya nos vamos conociendo. Pero está claro: si no te gusta y no hay nada que puedas hacer, pasa de largo. Así de fácil.
Ay, si algún día nuestros perros nos miraran a los ojos y nos contaran lo extravagantes que podemos llegar a ser...